¿Qué es la ictericia neonatal?
La ictericia neonatal es una patología que se da en los recién nacidos de una forma más frecuente de lo que se cree, siendo un circunstancia que alarma de forma especial a los padres por los signos que ofrece en su hijo.
Diagnóstico
Suele diagnosticarse rápidamente, dado que los bebés nacen o desarrollan a las pocas horas un color amarillento en la piel y mucosas, entre otros síntomas, y aunque es un signo que puede alertar a los padres lo cierto es que es completamente curable con el diagnóstico y tratamiento adecuado.
La ictericia neonatal aparece por la concentración de un elevado nivel de bilirrubina en la sangre del bebé, mucho mayor del que consideramos habitual.
Pero, ¿Por qué ocurre este fenómeno? La ictericia neonatal aparece por la concentración de un elevado nivel de bilirrubina en la sangre del bebé, mucho mayor del que consideramos habitual. En la mayoría de los casos suele ser inofensivo, sin embargo, pueden existir complicaciones.
La bilirrubina
¿Qué es la bilirrubina? Es un pigmento amarillo que se encuentra en la bilis y es resultante de la degradación de los glóbulos rojos reciclados o hemoglobina. Los niveles de este pigmento en el organismo de un feto suelen ser controlados o eliminados por la placenta, y una vez que nacen, su hígado debe ser el encargado de cumplir esta función.
Sin embargo, en los neonatos las funciones del hígado pueden comenzar a activarse lentamente provocando que su piel se torne de cierto color amarillento tras ser expuestos a luz.
Esto es así hasta que su función hepática se regula y son capaces de lograr por si mismos la tarea de eliminar el exceso de bilirrubina de forma eficiente. Cuando esto ocurre, la pigmentación amarilla de la piel desaparece.
Sintomatología y tipos
La ictericia neonatal se reconoce por el color amarillo que los recién nacidos desarrollan en su piel, ojos y en mucosas, aunque se necesitan exámenes adicionales para un diagnóstico eficaz.
Dependiendo del tipo de ictericia, si es fisiológica o patológica, los neonatos pueden desarrollar los síntomas al nacer, en las primeras 24 horas de su concepción o tras 36 horas. La duración dependerá del tipo, el tratamiento y evolución del bebé.
Ictericia neonatal fisiológica
Cuando se habla de ictericia neonatal fisiológica se refiere a un tipo mucho más natural que se desarrolla con intensidad de moderada a leve y que en la mayoría de los casos no genera complicaciones y es inofensiva. Suele aparecer tras las 36 horas de nacimiento del bebé, entre dos y cuatro días, y generalmente desaparece a las dos semanas.
De la ictericia fisiológica pueden desarrollarse dos tipos:
- Por lactancia, que es cuando el recién nacido en su primera semana de vida no se alimenta bien o la leche materna sale muy lentamente.
- También puede darse el caso de ictericia fisiológica por leche materna. Esta aparece por cómo las sustancias presentes en el líquido alimenticio afectan la disgregación de la bilirrubina en el hígado. Aparece después de la primera semana de vida y puede durar incluso hasta un mes en niveles bajos.
Ictericia neonatal patológica
Por su parte, la ictericia neonatal patológica aparece en las primeras 24 horas de vida del bebé, su intensidad es elevada y puede acarrear complicaciones, incluso graves. Es por ello que el diagnóstico y la atención deben ser rápidos para determinar de qué tipo se trata.
Éste tipo se da cuando existen otros factores que provocan que se aumente la cantidad de glóbulos rojos a ser reciclados como: la incompatibilidad de los grupos sanguíneos y/o factor Rh entre el bebé y su madre, la anemia drepanocítica, falta de enzimas o niveles de glóbulos rojos muy elevados.
Asimismo, algunas infecciones o enfermedades congénitas (rubéola o sífilis), afecciones hepáticas, la hipoxia o algunas medicinas pueden ocasionar que se dificulte el proceso de eliminación de la bilirrubina en el organismo del recién nacido.
Frecuencia y tratamientos
Los bebés prematuros son más propensos a padecer la ictericia que los ya formados y que nacen a término, ya que de este factor depende mucho el desarrollo del hígado para que pueda cumplir sus funciones.
En torno al 80% de los neonatos prematuros pueden desarrollarla
Como hemos indicado, es una afección común: en torno al 80% de los neonatos prematuros pueden desarrollarla, mientras que el número de bebés formados que pueden afectarse ronda entre 40-60% aunque sea de forma leve.
En cuanto a la ictericia patológica, se presenta en un 6% de los casos, dándose en su mayoría de forma inofensiva y no grave.
Para su tratamiento suele utilizarse la fototerapia, que consiste en la exposición del bebé a luz artificial que emula a la solar natural gracias a lámparas instaladas en una caja. También se apoya el cuidado con líquidos intravenosos, y en ciertos casos más graves con transfusiones o recambios de sangre.
Como he indicado, es una afección relativamente normal que con el diagnóstico y cuidados indicados podemos solucionar en un periodo relativamente corto de tiempo.
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